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viernes, 15 de abril de 2011

Aniversario.

Hace unos minutos han sido las doce de la noche, hoy la luna esta preciosa, brilla con una maravillosa aura plateada en este cielo despejado; y aquí estoy yo, sola en mi terraza, con un pequeño pastel en el cual hay una pequeña vela cuya llama palpita entre las sombras, como si fuera un pequeño y dorado corazón de luz; hoy es 16 de abril, el cumpleaños de Francisco, mi amor, mi pequeño Coco como yo siempre le llamaba cuando estábamos a solas; me he traído mi portátil a esta pequeña y triste fiesta improvisada para oír una canción que le gustaba mucho, http://www.youtube.com/watch?v=vx2u5uUu3DE , Bon Jovi - it's my life, y como me siento tan sola, aprovecho para escribirle esta pequeña nota, no sé, cuando escribo lo siento cerca de mi..., necesito hablar con alguien, aunque sea conmigo misma..., a él siempre le gusto y mucho este tipo de música, yo siempre he sido de baladas y canciones románticas, pero el no, siempre le gustaba la música más movida y bailable..., eramos tan diferentes, el alto, corpulento, de ojos claros, rubio y atrevido; yo bajita, ojos negros, morena y tímida; diferentes totalmente, pero unidos por un gran amor.
Hoy al atardecer he ido hasta su tumba, he pegado en su lápida otro poema, y luego he llorado, no por que le añore, sino por que le envidio, el fue de los primeros en morir en esta locura, el no tuvo que ver en lo que se ha convertido este mundo, si ahora apareciera no reconocería para nada lo que ahora es el mundo.
Leo en su lápida, "nunca te olvidaremos", y sonrió, ya no queda nadie para recordar, solo yo, el mundo es ahora   aquello que yo recuerdo, ¿qué pasara cuando me muera?, ¿de toda la humanidad que quedara?, ¿ruinas?, ¿lápidas?, ¿o tal vez vacío?, vacío, si, eso es todo lo que queda, tanto fuera como dentro de mi.
Miro la vela, y el pastel que he preparado hoy con un poco de harina en mi horno eléctrico, tiene una pinta bastante mala, pero es el único pastel del mundo, así que creo que no seré muy exigente..., cierro los ojos, suspiro su nombre, y pienso en el deseo que el tendría si estuviera a mi lado, que todo esto fuera mentira, una pesadilla, y al abrir los ojos recuperar mi vida, soplo la vela notando la bocada de humo al apagarse, abro los ojos suplicando que mi deseo se cumpla, pero no es así, sigo sola, siempre sola, comienzo a comer la tarta de cumpleaños, su sabor no es tan malo como yo esperaba, sonrío mirando la luna, dibujando en sus cráteres una cara esquelética y pálida, una cara que ojala me hablara, solo deseo eso, hablar con alguien, siento que la soledad me esta volviendo loca, me ahogo en ella, pero ya no tengo ganas de luchar contra ella, dejo que me devore, ya he perdido toda esperanza de vencerla.

jueves, 7 de abril de 2011

Sin ti no soy nada.

Hace muchos días que no escribo en mi blog, es normal, pocas novedades ha habido en mi vida, por no decir que ninguna; estoy por el día en mi faro, cuidando a Brufa, la cual se ha recuperado muchísimo, ahora ya corre y todo, sigue cojeando de la pata izquierda trasera, pero en comparación a cuando me la encontré más muerta que viva, para mi ha sido como una resurrección, y la verdad es que me siento muy feliz de verla junto a mi, jugando a tirarle la pelota, durmiendo a mi lado por las noches, sé que no es una persona, y que ella no podrá hablar, pero mi perra es una parte fundamental de mi existencia, ahora es el único ser vivo al cual puedo abrazar, el cual al hacerlo me mira a los ojos, como comprendiendo mi enorme tristeza interior, como si alguien pudiera entender este sentimiento de vacío que late en mi interior, no sé, ojala alguien pudiera entenderme, incluso antes de esto cataclismo, siempre me sentí perdida, como aislada de todo el mundo, sin saber muy bien cual era el sentido de mi existencia, la cual era tan gris…
Pero eso cambio cuando le conocí a el, a mi amor, a Fernando, desde el día que le conocí todo cambio en mi vida, aun recuerdo como le conocí, fue por un accidente de coche, iba conduciendo tranquilamente, escuchando una canción de Amaral, “moriría por vos”, cuando el coche de un alemán se saltó un stop y me dio de lleno, mi coche recibió un impacto terrible, saliéndose del carril y yendo varios metros por encima de la acera, a pesar del golpe no me hice mucho, y pude salir por mi propio pie del coche, nada más salir, me encontré con un alemán borracho que gritaba y me amenazaba, paé mucho miedo, creí que aquel enorme hombre borracho de casi dos metros iba a golpearme, estaba como enloquecido; por suerte había un bar cerca, y mucha gente vino a defenderme mientras llamaba a la policía, en pocos minutos llegó el coche patrulla, recuerdo cuando lo vi por primera vez, bajando del coche patrulla junto a su compañero, allí se había montado una gorda, la gente no paraba de gritarse insultos en alemán, se iba a montar una verdadera batalla campal, Fernando y su compañero rápidamente redujeron al alemán, y lo metieron en el coche patrulla, en el cual no paraba de gritar, y dar patadas a todas partes.
            -¿Estás bien?,- me preguntó él.
            Esa pregunta fueron sus primeras palabras, lo primero que oí de sus labios, en aquel momento ni me fije en él, estaba demasiado confundida y aturdida, solo deseaba que todo aquello acabase, recuerdo que pensaba que aquello no podía ser real, que debía ser una pesadilla, me pidió los papeles del coche, mientras el compañero hacia fotos para el atestado, tras el papeleo llamé a mi hermana, no hemos tenido ella y yo una buena relación jamás, pero sabíamos que en esos casos siempre nos ayudaríamos, en pocos minutos llegó ella, al mismo tiempo que la grúa, la cual venía para llevarse de allí a los dos coches, yo estaba sentada en una pequeña mesita de un bar, bebiendo a sorbos una tila caliente, intentando ordenar mis pensamientos.
            -¿Qué has hecho?,- me preguntó ella con tono despectivo, dando por sentado que la culpable de todo aquello había sido yo.
            -Nada,- suspiré yo mientras daba otro trago de tila tibia.
            -¿Deseas que te lleve al hospital?,- preguntó ella con fingida preocupación.
            -Sí, no me encuentro muy bien…
            Mi hermana me llevó al hospital, en todo el camino ni nos hablamos, como siempre hacíamos, ya desde pequeñas nos había costado mantener una conversación sin reproches, los cuales terminaban en insultos y peleas, así que habíamos aprendido a mantener las distancias en nuestro silencio táctico, conscientes de que nuestra paz se mantenía por ese fino velo de silencio.
            En el hospital me dijeron que no tenía nada, las radiografías salían limpias, aunque me recomendaron quedarme en casa unos días, yo obedecí, recuerdo cuando llegue a mi casa, dos horas después de ese accidente, el silencio de mi lecho, los nervios de aquel día, miraba a la oscuridad, y me preguntaba si aquello era real, o una fantasía, solo deseaba dormir, cerrar los ojos y huir de ese mundo, que fuera ayer, y poder evitar ese accidente, si, que no pasara por aquella calle, que no decidiera ir a visitar a unos amigos aquella noche…, cerré los ojos, recordando el impacto de mi coche, los ecos de los gritos de aquel alemán borracho, todo se derrumbaba en mi mente mientras caía en el sueño reparador.

Que lejano quedaba ese día ahora, hoy he escuchado esa canción como mil veces, es el único recuerdo que me queda, la única huella que mantiene viva ese recuerdo, http://www.youtube.com/watch?v=1K_u9EvxNwY palabras que ahora, en estos momentos de mi existencia, tienen mil veces más significado, ya que esta canción narra mi realidad.
Como habían cambiado las cosas desde la noche del accidente…, ahora nadie quedaba, todos estaban muertos, o peor, convertidos en esos monstruos, vagando sin rumbo, convertidos en criaturas formadas por miles de pedazos desordenados de animal, sobre una anatomía humana, siempre hambrientos de energía viva, huyendo del agua…, el mundo se había convertido en una locura, y yo soy la única que queda, vagando entre sus ruinas.