Vistas de página en total

miércoles, 23 de marzo de 2011

La caza.

               Hace una semana que Brufa ha vuelto, mi perra está mal, muy mal, las heridas no se cierran, es más parecen complicarse de día en día, hago todo lo que puedo, pero es imposible, he pensado hasta en sacrificarla para que deje de sufrir, pero no soy capaz, es mi perra, es todo lo que tengo en este mundo, si ella se muriese seria como si mi corazón también se muriese..., así que lucho por ella, intentando por todos los medios que mi amiga no se muera.
               Me he atrevido a salir varias veces del faro al atardecer, para poner algunos trampas, y así tener algo de comer, todavía me resiento mucho de las heridas que he sufrido, pero puedo caminar y me defiendo bastante bien, siempre que no deba esforzarme mucho, cada atardecer cuando reviso mis trampas para liebres, veo que en algunos mi presa ha sido arrancada del cebo, o devorada quedando solamente una mata de pelo inútil, no tengo duda de que ha sido ese enorme mastín, si, ese enorme perro se esta comiendo mis liebres, debe rondar la zona poco antes de que yo lo haga, para poder robarme sin encontrarse con las estirgas que deambulan por la zona, así que debe estar cerca, por lo que siempre llevo mi pistola preparada, esperando a verlo surgir de detrás de algún matorral, o de alguna sombra, como si fuese el monstruo de un cuento infantil, pero esta Caperucita no es una niña indefensa, llevo siempre a mano mi pistola, lista para desenfundarlo y acabar con esa alimaña de una vez por todas, por el momento, ha habido noches en que la luna llena a brillado mucho, dando bastante luz como para tener una buena visión, pero cuando empiece a menguar la cosa puede complicarse, siéndole entonces más fácil a esa alimaña acercarseme y atacarme.
                Por el momento ese perro y yo no nos hemos cruzado, pero sé que el esta cerca, no sé que planea, pero seguro que no será nada bueno.
               Regreso al faro, solo llevo una liebre pulgosa, esa será todo lo que tendremos para comer Brufa y yo, ojala que pronto llueva, y así pueda acercarme a la ciudad, para avituallar el faro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario