Vistas de página en total

martes, 15 de marzo de 2011

La fiebre.

Llevo toda una semana atiborrándome a antibióticos y analgésicos caducados, me duele todo, pero no tengo a nadie, así que debo ir cojeando cada día para prepararme algo de comida, o para asearme o curarme, las heridas ya están mucho mejor, parece que el pus se ha ido, pero creo que debo tener una infección y bien gorda, tengo una fiebre altísima, he intentado todo para bajarla, pero es imposible, duchas, medicamentos, sudar bajo una gruesa capa de mantas..., pero todo lo que hago no sirve para nada, por la mañana la fiebre me baja un poco, y puedo hacer algo, ocuparme de mis defensas, mirar mi casi vacía despensa, oír algo de música.., pero a la noche un terrible dolor en todas mis articulaciones me golpea, luego comienza un terrible dolor de cabeza, y me es imposible hasta caminar, debo pasarme toda la noche en la cama, sudando a mares, y teniendo terribles pesadillas, nunca en mi vida había tenido pesadillas como esas, en ellas veo a Brufa cazada por la garra de una estirga, asesinada ante mis ojos, sin que pueda hacer nada; veo a mi novio, el cual se ríe de mi, y me abandona en mitad de la oscuridad, en otros veo a las estirgas entrando en mi cuarto, para luego ser despedazada con un centenar de zarpas, picos y extremidades deformes..., pero esas no son las peores pesadillas, las peores pesadillas son aquellas en que recuerdo ciertos momentos reales de mi vida, son tan reales, jamás había tenido pesadillas como esas, es como volver a repetir los peores momentos de tu vida una y otra vez, condenada a estar como en una tortura..., sobretodo se repite la pesadilla de cuando fui a mi casa, y vi el cadáver de mi novio, el fue uno de los primeros en ser asesinado por una estirga, en aquella noche de pesadilla, aquella cosa entró en nuestra casa, se lo encontró y lo asesinó sin dudarlo, ojala el hubiera tenido su pistola aquella noche, pero yo me la había llevado..., lo peor fue que de repente su cuerpo inerte empezó a temblar, sus ojos se abrieron, pero eran los ojos de un cadáver, y comenzó a arrastrarse por el suelo hacia mi, mientras murmuraba unos extraños suspiros, retrocedí hacia la puerta, aterrorizada, entonces ví que justo en el umbral, bloqueándome toda salida había otra de esas cosas, sonriéndome con su cara deforme, en la cual podía reconocer las facciones de mi propia hermana.
En ese instante me despierto, el horror de ese instante, todavía me hace gritar, y me despierto en la noche, sola y sudorosa, suplicando no volver a tener ese sueño, cualquier cosa menos ese recuerdo, el cual parece que estoy condenada a revivir cada día, como si no fuese suficiente dura mi existencia...
Ahora iré a descansar, estoy agotada y hambrienta, ojala mañana reúna fuerzas para poder caminar un poco, y salir de aquí, ya que sino, poco importará la infección, por que me moriré de hambre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario